lunes, 12 de marzo de 2007

San Fermín en Pamplona

Pamplona, 6 de julio, a las doce del día en punto … el cañonazo de la salida …
En cada barrio, por toda la ciudad, estalla la música de las « bandas » (charangas populares). Es el principio de un tremendo ruido que va a persistir durante ocho días y noches, una fiesta general en la que músicas, gritos, danzas, canciones y risas se confundirán con las galopadas delante de los toros a fin de demostrar, para algunos, su braveza porque en Navarra tú no eres bombre si no participas al menos una vez al Encierro de Pamplona.
Asi, del 6 al 15 de julio, Pamplona vive al ritmo de los Sanfermines. Estas fiestas rituales se consideran como las terceras del mundo por su frecuentación. Los desfiles folklóricos (gigantes, cabezudos), religiosos (procesiones los 6 y 7 de julio), y deportivos (encierros) abrasan durante ocho días la capital de Navarra.
A Pamplona se le debe su fama por el Encierro, esta suelta de toros por la calles del antiguo centro de la ciudad y sus corridas que tienen su origen en 1385. El mítico y peligroso encierro marca cada mañana por su ambiente de fiebre y jaleo. En un recorrido (825 metros) cerrado por barreras se sueltan seis toros de lidia escoltados por corpulentes bueyes que van a correr hasta la Plaza de toros. Más de cuatro miles candidatos corren juntos delante de los toros. El recorrido dura unos tres minutos pero es violento e imprevisible, suele terminarse con numerosos heridos y a veces muertos. Vienen a Pamplona vascos de Francia, americanos (después del libro de E. Hemingway se televisa San Fermín en los Estados Unidos), australianos, neocelandeses etc. El gentío se agrupa en el trayecto y en los balcones, y espera la llegada de los corredores en la plaza.
Cada día se celebra la corrida a las seis de la tarde. En el punto de partida en la plaza, cada uno se reune debajo de la bandera de su peña (asociación de barrio). Por la tarde miles de personas vestidas de blanco, pañuelo y boina rojos, bailan sobre cantares tradicionales en la Plaza del Castillo (y otras también) en un gigantesco « Mutxico » (una antigua danza de pasos) que se baila formando un círculo.
Poco después los « Festayres » se diseminan por las callejuelas, algunos hasta la madrugada, esperando el encierro de las ocho en punto gritando, cantando y bebiendo. Con respecto a la bebida se encuentra a poca gente embriagada. Al ruido se tiene que añadir la música de las Peñas (una por barrio) que tocan hasta el final del encierro. ¡Es un verdadero ruido de infierno !

Don Pisco – Conversación IMEP

Posdata : parece que para los niños hay una San Fermin Txiquito el 25 de septiembre, ¡ojalá no se vuelvan sordos !
También le recomendamos leer el excelente artículo de http://www.medievalum.com/?cat=16 sobre los encierros más antiguos de España.

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